Los dos pájaros que eran uno

Texto en italiano, al final.

Una reflexión sobre el primer Festival Magdalena online.

En la rama de un árbol / un pájaro comía fruta / En una rama cercana / otro pájaro lo miró / Luego se acercó / y se dio cuenta / que ambos eran / un solo pájaro.

Esta antigua historia India me vino a la mente mientras reflexionaba sobre mi experiencia de participación como artista y como espectadora, en  BODIES:ON:LIVE Magdalena:On:Line  en junio del 2021.  

En el festival, creo que el primer pájaro eran las artistas que pusieron sus raíces creativas en la inmaterialidad de Internet, competentes digitalmente, con un cuerpo de trabajo y años de experimentación a sus espaldas. El otro pájaro eran las cautelosas y críticas intérpretes, escritoras y directoras, que declararon con franqueza su inquietud por las adaptaciones en línea del trabajo en vivo, junto con los curiosas y aventureras, que observaban de cerca para comprender técnicas, procesos y enfoques. Pero, ¿cuál fue la fruta? ¿Conocimientos técnicos? ¿La conciencia del medio? ¿Una habilidad asombrosa para hacer que todo parezca fluido en Zoom y otras plataformas en línea? Todo esto, pero profundizando, para mí sobretodo fue el coraje para luchar contra las limitaciones impuestas a los artistas por la pandemia, la inclusión en la concepción de un espacio digital verdaderamente multicultural para el intercambio creativo y la pasión por avanzar y celebrar nuestras identidades como artistas en circunstancias tan difíciles.

Al compartir mi trabajo me sentí bienvenida, apoyada y encontré conexiones entre prácticas culturalmente diversas que no habría tenido la oportunidad de encontrar de otra manera. Como participante / espectadora, me invitaron a ser co-creadora de significado y, a menudo, para mi gran deleite, a difuminar los límites entre ser y actuar, en un ejercicio fluido de nuestros músculos creativos y expresivos comunes.

El último día, cuando comenzó el agotamiento de estar en línea, todavía me sentía obligada a estar presente con toda mi atención, pero no fue causado por FoMO (el miedo a perderse que a menudo sufren los usuarios de las redes sociales) sino por un genuino deseo interior- nacido de la perseverancia, la coherencia y la cohesión de nuestro encuentro, de presenciar lo que nuestra energía colectiva había sido capaz de generar, un tipo especial de energía humana sin el cual ningún arte (ni ningún artista) puede sobrevivir.

Estoy escribiendo una reflexión sobre el festival que pronto se publicará en la web de Magdalena.

Bianca Mastrominico

Bianca Mastrominico's presentation at Bodies:On:Live 2021

Italiano

Sul ramo di un albero / un uccello mangiava un frutto/ Su un ramo vicino/ Un’altro l’osservava /Quest’ultimo si avvicinò e si accorse allora/ Che loro due erano un unico uccello.

Questa antica storia Indiana mi è venuta in mente mentre riflettevo sull’esperienza di partecipazione, da artista e da spettatrice, a BODIES:ON:LIVE MAGDALENA:ON:LINE 2021 avvenuto lo scorso giugno.

Nel festival il primo uccello erano le artiste che hanno messo radici creative nell’immaterialità dell’internet, competenti nel digitale, con un corpus di opere ed anni di sperimentazione alle spalle. L’altro uccello erano le attrici, scrittrici e registe, caute e critiche, che dichiaravano candidamente la loro scomodità verso adattamenti in rete del loro lavoro, accanto alle curiose ed avventurose, che osservavano con attenzione per afferrare la diversità di tecniche, processi ed approcci. Ma qual’era il frutto? La conoscenza tecnica? La consapevolezza del medium? Una misteriosa abilità a far apparire tutto così scorrevole su Zoom ed altre piattaforme digitali? Tutto ciò, ma andando in profondità, per me era soprattutto il coraggio di lottare contro le costrizioni imposte a noi artiste dalla pandemia, l’inclusività nel concepire uno spazio digitale di scambio creativo che fosse davvero multiculturale, e la passione di andare avanti e celebrare le nostre identità artistiche in circostanze così difficili.

Nel condividere il mio lavoro mi sono sentita accolta e sostenuta, ed ho trovato contatti tra pratiche di culture diverse che non avrei avuto l’opportunità di incontrare altrimenti. Da partecipante/spettatrice sono stata invitata a co-creare il senso dei lavori sperimentati e spesso - con mia grande gioia - a sfumare i confini tra essere ed esibirsi, in un fluido esercizio dei nostri comuni muscoli creativi e della nostra espressività.

Al quarto ed ultimo giorno del festival, quando la stanchezza da schermo cominciava a farsi sentire, continuavo a sentirmi spinta ad essere presente con tutta la concentrazione possibile, e la causa non era la FoMO (in inglese Fear of Missing Out, cioè la paura di perdersi informazioni ritenute importanti, spesso provata dagli utenti dei social), bensì un genuino desiderio personale - nato dalla perseveranza, coerenza e coesione del nostro riunirci - di testimoniare cosa era stata capace di generare la nostra energia collettiva, uno speciale tipo di energia umana senza la quale nè l’arte, nè gli artisti possono sopravvivere.